"Mi nombre es Bartolo, soy alcohólico. Llevo 28 años en rehabilitación aquí. Si alguna persona ha tenido la desgracia de haber caído en esta lacra, no dude en venir, ser atendido, escuchado sin ningún compromiso".
Bartolo
"Ahora puedo decir que no vivo para el alcohol, vivo para mí. Sobre todo poder estar conmigo mism@, ser persona y así poder estar al lado de mis hijas que necesitan una madre y no a una piltrafa, y sobre todo que no sientan vergüenza de la madre que tenían. Y quiero decir que para toda esas mujeres que están escondidas en sus casas bebiendo que si se puede. Hay que dar el paso y seguir a delante".
Anonim@
"Me llamo Jose y llevo 8 meses en alcohólicos rehabilitados Santutxu. Nací en un pueblo en el que hay bastante alcoholismo, allí empece a beber desde muy joven. A los 14 años vine a Bilbao a trabajar y comencé a salir con gente más mayor que yo a beber, yo nunca me considere alcohólico hasta que las cosas empezaron a complicarse. Estuve 1 año separado de mi familia y si no hubiera sido por mi padre todavía seguiría en la calle. El primer día en llegar estuve algo nervioso, pero del segundo día en adelante empece a estar a gusto. Desde entonces no he vuelto a beber, y si con estas palabras puedo ayudar a alguien en reflexionar y decidir a venir, se os tratara con mucho cariño y como uno más".
Jose
Mi nombre es Maria Luisa, llevo más de 20 años perteneciendo a la Asociación de alcohólicos Rehabilitados de Santutxu. Comencé acompañando a mi marido para que pudiera encontrar ayuda y apoyo para vencer el alcoholismo. No fue un camino fácil, pues es una enfermedad que en muchas ocasiones se normaliza y no se ven todos los efectos adversos que puede acarrear tanto a nivel personal, como a nivel familiar. El hecho de acudir a una asociación donde las personas que la componen y están dispuestas a ayudarte y brindarte todo su apoyo y es más, donde están pasando o han pasado por la misma situación que tú, es una gran motivación para dejar el alcoholismo atrás y emprender un nuevo camino. En este sentido, creo que tanto a las personas enfermas, como los familiares de las mismas, pueden encontrar en la asociación un refugio donde poder desahogarse y donde poder pedir ayuda en un ambiente donde puedes sentir confianza. Cuando mi marido falleció, y me quede viuda, decidí que quería seguir acudiendo a la asociación, ya que consideraba que tenía mucho por ofrecer a las personas que desgraciadamente estaban inmersas en el alcoholismo. A día de hoy, puedo afirmar, como familiar de una persona que fue alcohólica, el hecho de acudir a la asociación me brinda herramientas para poder seguir ayudando e intentando sacar adelante a las personas que sufren. Si algo me llevo de todos estos años en la asociación, es la gran familia que hemos formado y, por supuesto, a todas las personas que hemos conseguido salvar de las garras del alcohol. Siento mucho orgullo por todo lo que hemos conseguido juntos y por lo que estoy segura de que seguiremos consiguiendo en el futuro.
Maria luisa
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